Percibir y construir una imagen del otro, atreverse a superar fronteras mentales, dejar atrás ideas preconcebidas… Muy a menudo -y para lograr este objetivo- tenemos que fiarnos de las propuestas de mediadores que, con toda su pericia, consiguen que comprendamos en profundidad la esencia de una cultura ajena más allá del estereotipo. Por esta y muchas otras razones, presentamos con redoble de tambores RUSIA EN ESPAÑA, el rincón de descubrimiento del universo ruso en la escena nacional.
Esta sección de Cuna Literaria pretende dar a conocer quién está detrás de los puentes de contacto que se han ido tejiendo entre Rusia y España hasta el día de hoy. Personajes muy diversos cuya pasión ha hecho posible que el gran público pueda asomarse a una ventana con vistas a la vasta e indefinible cultura rusa.
En este Volumen 1 de RUSIA EN ESPAÑA descubrimos los entresijos de Automática Editorial acompañados de su director, Darío Ochoa de Chinchetru, a los mandos de una de las editoriales independientes más singulares y valientes del panorama patrio. Mentar esta editorial es sinónimo de calidad, vanguardia e inconformismo. Su catálogo es un sinuoso sendero que abarca desde la publicación de Infancia de Gorki hasta La torre herida por el rayo de Fernando Arrabal. Automática Editorial vino al mundo a golpe de martillo y ráfaga de aire fresco: nada más y nada menos que en 2012. En plena crisis económica, la férrea voluntad de unas mentes demasiado inquietas y la apuesta por la buena literatura al margen de tendencias puntuales obraron el milagro.
En su catálogo Automática puede presumir de títulos de la talla de El sueño de la aldea Ding y Los besos de Lenin, de Yan Lianke, o El octavo día y La cábala del norteamericano Thornton Wilder. Pero no obviemos lo que nos ha traído hasta aquí, y es que si algo caracteriza verdaderamente a esta editorial, si hay algún elemento que hace las delicias de los rusófilos más exquisitos, son los títulos eslavos que han ido desempolvando y trayendo al suelo patrio para insuflarles nueva vida en español: El abuelo de Chudakov, El tren cero de Yuri Buida o Sandró de Cheguem de Fazil Iskander son solo un breve adelanto de lo que puede encontrarse en su carta de presentación. Y es que hay tres rasgos que diferencian a Automática de la paja editorial reinante: las traducciones (espléndidas, para los no rusoparlantes la sensación es de estar leyendo el original en ruso), las cubiertas que encarnan el espíritu de las obras que publican y, por último, la extremada delicadeza y la capacidad de aglutinar tanto talento en torno a sus títulos, cumpliendo con un cometido colectivo, comprometido y literario.
Su última proeza editorial se titula VERSIÓN ORIGINAL. Memorias literarias narradas a Oleg Dorman. Un documento único en forma de memoria de una época que ya no existe: la de Lilianna Lunguiná, eminente traductora literaria rusa y testigo privilegiado de los vaivenes de un régimen que, presa de una paranoia creciente, se revolverá contra sí mismo iniciando brutales purgas y persecuciones. Estas memorias son el do de pecho con el que Automática parte a la aventura de un 2019 que promete ser, cuanto menos, vertiginoso:
· Pregunta obligada: ¿cómo, cuándo y por qué nació Automática Editorial?
Automática Editorial, nace en 2011 y es fruto del encuentro de varias personas que, siendo lectores empedernidos, fantaseábamos desde hacía años con la idea de iniciar nuestro propio proyecto editorial. Se daba además la circunstancia de que habíamos vivido en el extranjero y eso nos había puesto en contacto con multitud de obras que no se habían publicado hasta la fecha en nuestro país. Si a este cóctel añadimos un poco de temeridad y un insultante desconocimiento del mercado editorial… voilá!, tenemos un nuevo sello editorial.
· Vuestra fama os precede, sobre todo por ser los responsables de traer auténticos tesoros editoriales del Este a España, ¿cuál es vuestro criterio de selección?
En realidad, nuestro criterio de selección es simple y, precisamente por eso, puede resultar vago. Desde que Automática arrancó su andadura hemos procurado publicar solo aquellas obras que, de una forma u otra, nos han conmovido como individuos, bien porque arrojan una luz distinta sobre una realidad conocida, o porque se asoman a una cara desconocida del extraño poliedro que es la existencia. Esto entronca con una concepción de la literatura como algo que va más allá del entretenimiento y constituye vías legítimas para el conocimiento de la historia, de la sociedad, del alma humana…
· La afinidad electiva con los países eslavos es más que evidente en vuestro catálogo, especialmente con Rusia, ¿qué lazos os unen a esta cultura?
Por extraño que pueda parecer, en origen, no hay ningún lazo que nos una a la cultura eslava que vaya más allá del interés personal que hemos ido cultivando quienes formamos este proyecto. A día de hoy ya se ha creado una tupida red de conexiones con muy distintos agentes de la cultura eslava, pero, cuando Automática nace, esa inclinación por las letras eslavas, y en particular rusas, era solo el fruto de nuestros gustos individuales y de nuestra formación como lectores, que nos había llevado desde los clásicos de la narrativa rusa (ampliamente publicados en España) hasta otros grandes autores completamente desconocidos en nuestro país.
El caso concreto de la literatura rusa, siempre ha despertado un interés especial en nosotros. La incesante exploración del alma humana y de las pasiones, la sencillez y transparencia que al mismo tiempo impregna muchos de sus relatos y la aceptación de la dificultad de las propias circunstancias son rasgos que nos han atraído siempre. Además, su peculiar desarrollo histórico ha hecho que en un espacio de tiempo muy reducido se concentre una magnífica producción de obras que ya son clásicos universales.
· Contadnos, si se puede, a quién os morís por tener en vuestro catálogo y aún no ha sido publicado en España (de Rusia, por supuesto).
Son muchos los autores que nos morimos por tener en nuestro catálogo, algunos ya han sido publicados en nuestro país, otros no. Mencionaré a uno, que muy posiblemente entre en catálogo en breve: Yuri Tyniánov, maravilloso escritor y uno de los exponentes del formalismo ruso, que escribió una de las mejores novelas históricas que he tenido el placer de leer.
· A día de hoy el mundo editorial puede presumir de una oferta que nada tiene que envidiar a nuestros colegas europeos. Como dijo Jacobo Siruela en una entrevista a Jot Down, las editoriales pequeñas son un fenómeno de esta década, y sobre todo, un fenómeno español. Si es así, ¿cómo se sobrevive ante la presión de los grandes grupos?
El panorama editorial actual es un entorno complejo y muy agresivo. Las grandes editoriales responden a una lógica propia en la que intervienen multitud de factores: forman parte de grandes grupos que tienen intereses que recorren toda la cadena del libro (grupos de librerías, medios de comunicación, imprentas, distribución…), deben mantener estructuras enormes, etc., ejercen, en efecto, una enorme presión sobre el resto de agentes; esto se nota en la cada vez más acelerada rotación de novedades: la inmensa mayoría de los libros aguantan en la mesa de las librerías difícilmente más de dos meses. Un entorno tan cambiante es particularmente complicado para los sellos pequeños que sacan pocos títulos al año y que requieren de unos ritmos más pausados.
La supervivencia de las pequeñas editoriales pasa necesariamente por la supervivencia de las pequeñas librerías independientes que todos debemos apoyar (aquí podría hablar largo y tendido de nuestros hábitos de consumo que al final son nuestra arma para cambiar las cosas: comprar en el pequeño comercio de barrio, etc). Son los libreros vocacionales quienes hacen el esfuerzo de ir más allá del magma indistinto de novedades para dar visibilidad a los títulos de sus sellos de confianza. Por nuestra parte solo podemos seguir haciendo las cosas lo mejor que podamos y manteniéndonos fieles al espíritu del proyecto.
· Los manuscritos no arden, que diría el Diablo en EL MAESTRO Y MARGARITA pero, ¿querríais ver arder algún manuscrito que se haya publicado últimamente? (no hace falta decir nombres)
No creo que me gustase ver arder ningún manuscrito, pero… hay montones de libros de reciente publicación que me encantaría ver recliclados y convertidos en otros más enriquecedores.
· Hacéis hincapié en la necesidad de editar más allá de tendencias puntuales, justo el criterio contrario que prima hoy, ¿cómo veis esta tendencia creciente a encumbrar falsa literatura? ¿Es sostenible a medio y largo plazo?
Creo que es fruto de un tiempo en el que el arte es postrado ante el altar de la inmediatez. Si cada pequeño fenómeno (por insignificante que sea en sí mismo) que atrae la atención del gran público pretendemos transformarlo, de la noche a la mañana, en un paquete completo de productos culturales de consumo para exprimirlo al máximo antes de que se extinga (con su disco, su libro, su propia fragancia, su línea de ropa, etc.) estamos desvirtuando y degradando la producción cultural al entenderla exclusivamente como un producto de consumo.
Hay infinidad de razones por las que considero que un modelo así no es sostenible. Y, al mismo tiempo, creo que los buenos productos culturales pervivirán y encontrarán, la manera (por extraña que esta sea) de abrirse camino. La buena literatura ha sido perseguida y censurada en infinidad de ocasiones, pero ha sobrevivido; hoy parece sepultada bajo un mar de banalidad pero, cuando baje la marea, seguirá ahí, cubierta de lapas.
· ¿Cómo resumiríais en una frase vuestra misión como editorial?
Somos una editorial que, al margen de cualquier otro criterio, persigue publicar la mejor literatura.
· Un deseo imposible que se cumpliría en un mundo paralelo sería…
Me gustaría un mundo en el que dispusiéramos de tiempo. Un continuo de tiempo, sin pitidos ni vibraciones que reclaman nuestra atención cada segundo. Tiempo que rellenar leyendo, pensando o, por qué no, aburriéndonos.
Si eso no se puede…, creo que me gustaría mover cosas con la mente.
· Por último, decidnos un título de literatura rusa de vuestro catálogo para rusófilos no iniciados.
Creo que la Infancia de Maksim Gorki es un estupendo libro para quien quiera iniciarse en la literatura rusa de la mano de un clásico y, como bola extra, cualquier libro de Yuri Buida (El tren cero o Helada sangre azul) para quien quiera conocer a uno de los grandes autores contemporáneos.